Me construyo y me apoyo

selfMadeMan

Somos constructores de nosotros mismos y, además es inevitable, no podemos dejar de hacerlo. Continuamente estamos haciendo ajustes creativos para adaptarnos a las distintas situaciones que vivimos. La importancia radica en la necesidad de hacer nuevos ajustes, para continuar evolucionando. Cada ajuste realizado es el mejor de los posibles, en ese momento no cabe otro, dentro de lo que tenemos, edad, circunstancias, personalidad, entorno, apoyos…

Cuando no podemos realizar un ajuste lo que nos está bloqueando es la vergüenza, mi propia mirada, me estoy ocultando porque no puedo mostrar aquello que me parece feo en mi, así no puedo avanzar. Esta situación se vive de modo angustioso, de ahí la necesidad de buscar y encontrar apoyos, los que a ti te sirvan para avanzar.

¿Quién soy yo?

Imagen

 

Creo que es increíble la fiereza con la que defendemos el «yo» que hemos creado, un yo ideal, una pequeña o gran máscara que nos permite salir al escenario sin tanta vergüenza. Pero sigue sin ser nuestro yo auténtico.

Si los humanos no fuéramos -como dice Perls- los únicos seres vivos a los que se nos ocurre decidir qué y cómo podemos ser, no tendríamos tanta distorsión entre lo que somos y lo que creemos que somos. Nuestra imagen idealizada sería algo más próxima a la realidad y nuestra pelea con algunos aspectos rechazados no sería tan fuerte.

Soltar.

Un día te darás cuenta de que la vida es mucho más simple de lo que te imaginas.

El drama es la peor enfermedad y adicción que ha existido…

El día que le quites el drama a tu vida y olvides agravios, cicatrices, traumas…todo se volverá más claro.

El día que dejes de idealizar a cualquier ser humano y entender que somos perfectibles mas no perfectos,el día que te des cuenta que no hay nada más poéticamente humano que nuestras debilidades, te darás cuenta que todo es parte de un truco para mantenerte ocupada  peleando con los demonios de la culpa y el miedo.

El día que termines por perdonarte a ti misma, abrirás las ventanas de tu corazón y dejarás salir todo aquello que te oprime y sin darte cuenta comenzarás a ser de nuevo libre,tal y como lo eras cuando niña. 

(Encontrado en el red).

«No tienes que mejorar, sólo tienes que soltar aquello que bloquea tu corazón».

MIEDO.

Si sientes miedo, sientes miedo. ¿Para qué convertir el asunto en un problema? Reconoce que tienes miedo, al igual que tienes dos manos. ¿Para qué crear un problema? Es como si te preguntaras por qué tienes una nariz, en lugar de dos. El miedo está ahí; acéptalo, toma nota de ello. Acéptalo y no te preocupes más de ello. ¿Sabes qué ocurrirá entonces? Que, de repente, sentirás que ha desaparecido.

Esa es la alquimia interior: cuando lo aceptas, el problema desaparece, pero si con él creas algún conflicto, se vuelve cada vez más complejo. Claro que hay sufrimiento y con él viene el miedo. Pero acéptalo porque no hay nada que puedas hacer al respecto. Y no creas que estoy siendo pesimista cuando digo que no se puede hacer nada al respecto. Cuando digo que no hay nada que puedas hacer, te estoy dando la clave para solucionar el problema.

El sufrimiento es parte de la vida y del crecimiento, y no hay nada de malo en él. El sufrimiento se convierte en algo malo solamente cuando es destructivo, y no se utiliza para crear; el sufrimiento se convierte en algo malo solamente cuando la persona sufre y no aprende nada de su sufrimiento. Lo que estoy diciendo es que a través del sufrimiento se puede adquirir visión, entonces es creativo.

La oscuridad es bella cuando insinúa la pronta aparición del alba; la oscuridad es peligrosa cuando es interminable y no insinúa un amanecer. Es peligrosa cuando sencillamente se perpetúa y la persona continúa moviéndose como autómata en la rutina de su círculo vicioso. Esto te puede suceder si no estás alerta: por querer salir de un sufrimiento, terminas creando otro, y para escapar de ese creas otro, y luego otro, y así sucesivamente. Y todos esos sufrimientos que no has vivido continúan aguardándote. Han escapado, sí, pero simplemente para caer en otro sufrimiento, porque la misma mente que creó el primer sufrimiento, crea también los siguientes. El sufrimiento siempre estará ahí porque es una creación de la mente.

Acepta el sufrimiento y atraviésalo; no escapes. Es una dimensión completamente diferente en la cual debes trabajar. El sufrimiento está ahí; sal a su encuentro, atraviésalo. El sufrimiento estará ahí, de modo que acéptalo. ¿Qué temblarás? ¡Entonces tiembla! ¿Para qué fingir que no tiemblas, que no sientes miedo? Si eres cobarde, pues acéptalo.

Todas las personas son cobardes. Aquellas a quienes llamamos valientes solamente están fingiendo porque muy en el fondo son tan cobardes como el resto del mundo. En efecto, son quizá más cobardes porque para crear su cobardía se han fabricado una imagen de valientes y tratan de actuar de tal manera que nadie piense que son cobardes. Su valentía no es más que una pantalla.

¿Cómo podemos ser valientes? La muerte está ahí. ¿Cómo podemos ser valientes si somos apenas hojas sacudidas por el viento? ¿Cómo podría no temblar una hoja? Cuando el viento sopla, la hoja se estremece. Pero nunca acusamos a la hoja de cobarde. Sólo sabemos que está viva. Así, cuando tiemblas y el miedo se apodera de ti, eres como una hoja al viento -¡hermoso! ¿Para qué formar un problema de ello? Pero la sociedad todo lo ha convertido en problema.

Cuando un niño siente miedo de la oscuridad le decimos: «No tengas miedo, sé valiente». ¿Por qué? El niño es inocente; es natural que sienta miedo en la oscuridad. Pero lo obligamos a ser valiente y a esforzarse por serlo. Entonces, se llena de tensión y se limita a soportar la oscuridad; todo su ser está tenso y listo para temblar, pero el niño se reprime. Ese temblor reprimido lo perseguirá durante toda la vida. Habría estado bien temblar en la oscuridad; no habría nada de malo en ello. Habría estado bien llorar y correr y refugiarse en los brazos de sus padres, no había nada de malo en ello. Ese niño habría salido de la oscuridad con mayor experiencia y mayor conocimiento. Después de temblar y sollozar en la oscuridad se habría dado cuenta de que en realidad no había nada que temer. Al reprimirlo, nunca logras experimentar el fenómeno en su totalidad y no extraes de él lección alguna.

La sabiduría viene con el sufrimiento, a través de la aceptación. Cualquiera que sea la situación, acomódate a ella. No hagas caso de la sociedad y sus críticas.

¡Eres hermoso! Acéptalo y, no importa lo que suceda, permite que pase y vive la situación. El sufrimiento no tarda en convertirse en aprendizaje, en cuyo caso se convierte en una fuerza creadora.

El miedo te dará valentía de la ira te saldrá compasión. De la comprensión del odio, nacerá en ti el amor. Pero eso no ocurre creando un conflicto, ocurre yendo a través con conciencia alerta. Acepta y atraviesa la situación.

OSHO, Miedo. Entender y aceptar las inseguridades de la vida.

웃ღ웃  Paz y Amor 웃ღ웃 

Dispuesta.

arbol y luz

Estoy dispuesta a aprender cosas nuevas porque no lo sé todo.

Estoy dispuesta a dejar atrás los conceptos viejos que ya no
funcionan para mí. Estoy dispuesta a ver las situaciones que
creo a mi alrededor y a decir:

«Ya no quiero seguir haciendo eso».

Sé que puedo llegar a ser más yo misma. No una persona
mejor, porque eso implica que no soy suficientemente buena,
sino más quien soy.

Crecer y cambiar es emocionante, aunque
para con seguirlo tenga que enfrentarme a algunas cosas
dolorosas que hay dentro de mí.

Lo más importante en este momento es lo que ahora mismo
estás decidiendo pensar, creer y decir.

Estas ideas y estas palabras crearán tu futuro.

Tus pensamientos forman las
experiencias de mañana, de la semana próxima, del próximo
mes y del año que viene.

Louise Hay.

Y tú… ¿Estás dispuest@?

Soy yo.

Soy yo

No eres Tú, soy Yo…

¿Quién te hace sufrir?
¿Quién te rompe el corazón?
¿Quién te lastima? ¿Quién te roba la felicidad o te quita la tranquilidad?

Podrías armar toda una lista de sospechosos o culpables. Probablemente sea lo más fácil.
De hecho sólo es cuestión de pensar un poco e ir nombrando a todas aquellas personas que no te han dado lo que te mereces, te han tratado mal o simplemente se han ido de tu vida, dejándote un profundo dolor que hasta el día de hoy no entiendes.
Pero ¿sabes? No necesitas buscar nombres.
La respuesta es más sencilla de lo que parece, y es que nadie te hace sufrir, te rompe el corazón, te daña o te quita la paz.
Nadie tiene la capacidad al menos que tú le permitas, le abras la puerta y le entregues el control de tu vida.
Llegar a pensar con ese nivel de conciencia puede ser un gran reto, pero no es tan complicado como parece. Se vuelve mucho más sencillo cuando comprendemos que lo que está en juego es nuestra propia felicidad.
Y definitivamente el peor lugar para colocarla es en la mente del otro, en sus pensamientos, comentarios o decisiones.

Cada día estoy más convencido de que el hombre sufre no por lo que le pasa, sino por lo que interpreta.

No se sufre por la acción de la otra persona, sino por lo que sentimos, pensamos e interpretamos de lo que hizo, por consecuencia directa de haberle dado el control a alguien ajeno a nosotros.
Si lo quisieras ver de forma más gráfica, es como si nos estuviéramos haciendo vudú voluntariamente, clavándonos las agujas cada vez que un tercero hace o deja de hacer algo que nos incomoda.

Lo más curioso e injusto del asunto es que la gran mayoría de las personas que nos «lastimaron», siguen sus vidas como si nada hubiera pasado; algunas inclusive ni se llegan a enterar de todo el teatro que estás viviendo en tu mente.

No podemos pasarnos la vida cediendo el poder a alguien más, porque terminamos dependiendo de elecciones de otros, convertidos en marionetas de sus pensamientos y acciones. Las frases que normalmente se dicen los enamorados como:
«Mi amor, me haces tan feliz», «Sin ti me muero»,
«No puedo pasar la vida sin ti», son completamente irreales y falsas.

No porque esté en contra del amor, al contrario, me considero una persona bastante apasionada y romántica, sino porque realmente ninguna otra persona (hasta donde yo tengo entendido) tiene la capacidad de entrar en tu mente, modificar tus procesos bioquímicos y hacerte feliz o hacer que tu corazón deje de latir.

Definitivamente nadie puede decidir por nosotros.

Nadie puede obligarnos a sentir o a hacer algo que no queremos, tenemos que vivir en libertad.
No podemos estar donde no nos necesiten ni donde no quieran nuestra compañía.
No podemos entregar el control de nuestra existencia, para que otros escriban nuestra historia.
Tal vez tampoco podamos controlar lo que pasa, pero sí decidir cómo reaccionar e interpretar aquello que nos sucede.

La siguiente vez que pienses que alguien te lastima, te hace sufrir o controla tu vida, recuerda:
No es él, no es ella…
ERES TÚ quien lo permite y está en tus manos volver a recuperar el control.

«Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa:
La última de las libertades humanas – la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino – para decidir su propio camino».

Viktor Frankl.

Paz y Amor.

Yo declaro:

No eres tú… soy yo…

Yo elijo mi actitud ante la conducta de los demás y asumo las consecuencias de mi actitud.
Yo soy entonces quien permite o no que controlen mi vida… no quiero ser más marioneta que manejen los demás… no eres tú, soy yo…
Las personas que me «lastimaron» siguen sus vidas y algunas ni se llegan a enterar del teatro que he montado en mi mente (tal y como dice Frankl).

Voy a decir lo que quiero… voy a decir lo que quiero… voy a decir lo que quiero.

Voy a ser leal conmigo misma, sólo así podré serlo con los demás. Tengo mis propios criterios y no quiero traicionarlos más.

Voy a decir lo que quiero, voy a decir lo que quiero… no voy a tener miedo, no voy a tener más miedo ya… voy a hacerlo de una vez por todas y lo voy a conseguir… aunque me vuelva a equivocar y me caiga me levantaré de nuevo, una y otra vez… aunque echen por tierra la falsa imagen que tengo de mi misma… es falsa, así que tampoco me va a importar… voy a decir lo que quiero. Amén.

 

El maestro y el escorpión.

mano-tendida

Un maestro vio cómo un escorpión se estaba ahogando, y decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, éste le picó.

Por la reacción al dolor, el maestro soltó al animal, que cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose. El maestro de nuevo intentó sacarlo y otra vez el escorpión le volvió a picar.

Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo:

– Perdone, ¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que usted intenta sacarlo del agua lo picará?

– La naturaleza del escorpión es picar y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar -respondió el maestro.

Y entonces, ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida.

NO CAMBIES TU NATURALEZA SI ALGUIEN TE HACE DAÑO; SÓLO TOMA PRECAUCIONES.

Paz y Amor.

Quiero saber.

sonadora

No me interesa lo que haces para ganarte la vida. Quiero saber lo que ansías, y si te atreves a soñar en satisfacer el deseo de tu corazón.

No me interesa tu edad. Quiero saber si te arriesgarías a parecer como un tonto por amor, por tus sueños, por la aventura de estar vivo.

No me interesa qué planetas están en armonía con tu luna. Quiero saber si has tocado el centro de tu pesadumbre, si las traiciones de la vida te han abierto, o si te has marchitado y cerrado por el miedo al dolor futuro.

Quiero saber si puedes sentarte con el dolor, el mío o el tuyo, sin intentar esconderlo, desvanecerlo o arreglarlo.
Quiero saber si puedes estar con la alegría, la mía o la tuya, si puedes bailar con locura y permitir que el éxtasis te llene hasta la punta de los dedos, sin advertirnos que seamos cuidadosos, que seamos realistas, o que recordemos las limitaciones de los seres humanos.

No me interesa si la historia que me cuentas es verdadera. Quiero saber si decepcionas a otros para serte fiel a ti mismo, si puedes soportar la acusación sin traicionar a tu propia alma. Quiero saber si puedes ser fiel, y por lo tanto ser confiable.

Quiero saber si puedes ver la belleza, aún cuando no sea bella todos los días, y si puedes originar tu vida desde su presencia.
Quiero saber si puedes vivir con el fracaso, el tuyo o el mío, y no obstante pararte a la orilla del lago y gritarle a la luna “¡Sí!”

No me interesa saber en dónde vives o cuánto dinero tienes. Quiero saber si puedes levantarte después de una noche de pesar y desesperación, cansado y golpeado hasta los huesos, y hacer lo que se tiene que hacer por los niños.

No me interesa quién eres o cómo llegaste a estar aquí. Quiero saber si te pararás en el centro del fuego conmigo sin rehuir.

No me interesa en dónde o qué o con quién has estudiado. Quiero saber qué es lo que te sustenta desde dentro cuando todo lo demás desaparece.

Quiero saber si puedes estar solo contigo mismo, y si verdaderamente te agrada la compañía que buscas en los momentos vacíos.

Oriah Mountain Dreamer.

Paz y Amor.

Imagen: «Soñadora», acrílico, por Nicoletta Tomas Caravia.

El lazo II.

Ya no hay dos individuos.
Las olas han desaparecido, sólo ha quedado el mar.
Entonces, el acto sexual se convierte en una meditación.
Te pase lo que te pase, no lo sientas como si te estuviera pasando a ti,
sino como si estuviera pasando al cosmos.
Tú no eres más que una parte de ello,
nada más que una ola en la superficie.
Déjalo todo al universo.

Osho.

Flores en el corazón.

UNA VEZ UN HOMBRE RICO LE ENTREGÓ UNA CANASTA CON BASURA A UN HOMBRE POBRE, EL HOMBRE POBRE SONRIÓ Y CORRIÓ CON LA CANASTA, LA VACIÓ, LA LAVÓ, LA LLENÓ DE FLORES Y SE LA DIO DE REGRESO…

EL HOMBRE RICO SE ASOMBRÓ Y LE PREGUNTÓ: ¿POR QUÉ ME HA DADO FLORES, SI YO LE DI BASURA?.

EL HOMBRE POBRE DIJO: PORQUE CADA UNO DÁ LO QUE TIENE EN EL CORAZÓN.

✿  ✿  ✿  ✿

Yo creo firmemente que todos llevamos amor en el corazón, y que del mismo modo todos tenemos alguna basura que nos bloquea y por lo tanto sólo debemos soltarla, es entonces cuando estaremos preparados para ofrecer todo el amor que ya somos… porque si tenemos demasiada basura, entonces sólo podremos ofrecer basura… 

Mírate, conócete, localiza la basura y SUÉLTALA… 

 Paz y Amor